Después de algunas vueltas, opiniones y divergencias, se me ocurre algo.
Plantear una diferencia en términos de emisión o recepción del mensaje. Quiero decir, la mentira y el engaño son definitivamente mensajes, y al momento de plantear su diferencia, se embrolla todo. Por ello pienso que una manera de simplificar seaa partir del esquema básico de la comunicación. Simplificadamente la idea es considerar a la mentira como el mensaje enviado por alguien con la clara intención de falsear, y el engaño como el producto de ese mensaje. El emisor miente, el receptor responde a la mentira, engañandose y enviando a su vez un mensaje (más o menos claro) al emisor. El ciclo se cierra... o no.
Para el próximo post intentaré algunos ejemplos.
Para el próximo post intentaré algunos ejemplos.
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